Sabes que son malos tiempos cuando tu perro te ve con tristeza,
cuando todos los días tenés un nudo en la garganta,
y lloras sin poder detenerte.
Sabes que son malos días cuando realmente querés que tu perro te responda,
cuando esperas a alguien para comer y el viene ya ha comido.
Son malos días cuando tus amigos con los que estabas en aquella fiesta
no les interesa si tu gritas ayuda.
Son malos, y se hacen peores.
Las paredes se hacen grandes y el espacio reducido,
tus sueños no existen, y tu perro no responderá jamás.
1 comentario:
Esto, me gustó.
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