Existen días, días como hoy cuando hace mucho no te veo, hace mucho que dejé de pensar en ti, hace mucho que olvidé como sonaba tu voz, tu risa y el ritmo de tu corazón; pero llegan estos días. Quisiera que la sombra de tu recuerdo desapareciera para siempre de mi alma, y si hablara un día más contigo quisiera tener los huevos para gritarte en la cara lo insignificante que es tu nombre para mi, lo insignificante que fuiste y que sos para mí.
No te confundas, no te odio. Jamás lo haré.
Solo necesito un último favor, quedate ahí done estás. Y comete ese pastel de mierda que algún día te mandaré.
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